A veces llega un día en que el pasado se hace insoportable.
Tenía tantos discos de pasta
Con canciones ocultas en los surcos.
Pesaban como el plomo y los tiré.
Se volvió más ligero mi pasado
Y seguí hacia el futuro
Con la otra música, más solo ya que nunca.
De pronto están sonando: son las voces
De los viejos amigos
De los amores de juventud.
El primer signo de algo irremediable.
Porque aquellas canciones de mis discos,
Hoy, en algún lugar, las escucha la muerte.
Joan Margarit
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