martes, 19 de mayo de 2009
Benedetti Blues
El cielo jamás pensó su color opacado por bandadas de notas dolorosamente azules, protestando en sus puertas, reclamando al poeta.
Que triste suena el paso de las hojas
en un libro condolido por su mano-vientre:
Aguacero de tinta negra
rompiendo los ojos conmovidos del lector.
Cuando el cuerpo del poeta hace mutis
el apretón de manos y el abrazo
saltan al público como sollozo y evocación.
un torrente de lagrimas y poemas
recorre el mundo en busca de la inmortalidad.
Un blues desahuciado se balancea en los parpados
la negación se amotina en el pecho y rompe la boca,
vibra la cuerda vocal al compas del lamento
y el aliento se desgarra al asomo de la armónica,
el sonido espesa la saliva como nudo
y un acorde entrecortado susurra:
Hasta siempre Benedetti, Gracias por el fuego.
El asueto de Sísifo
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